El
curso académico llega a su fin, y con él, las ansiadas vacaciones, los veranos
interminables, los viajes, la desconexión,
pero, ¿realmente nos lo merecemos?
Esta
es la interminable cuestión que se pueden formular miles y miles de alumnos en nuestros
centros docentes, ya que el nivel académico
en nuestro territorio está muy por debajo del nivel de la media de Europa y al cual debemos
compararnos y querer alcanzar.
Es
cierto que la comunidad educativa pone todo su empeño en el buen
funcionamiento y correcto desarrollo para que los alumnos alcancen su máximo nivel académico, pero si
observamos que este nivel no conseguimos subirlo, en algo estamos errando,
desde los alumnos, los propios docentes como los padres.
Por
lo tanto, lanzo una serie de preguntas que deberíamos formularnos al finalizar
el curso académico; ¿he conseguido ofrecer el máximo de mí? ¿Merezco
realmente el tiempo de disfrute y placer que voy a disponer?
